cuando las realidades intentan hacer un viaje tienen que planearlo en secreto, tratando de que nadie las mire, porque cuando alguna realidad, amiga o enemiga (esto no es de mayor importancia) se da cuenta de la que la otra está planeando, se arma una muralla gigantesca de peros, de “y si tal vez”, de “no te va a ir bien”, de “te vas a perder”, de “mejor quédate en casa y en tu trabajo, que ahí estas bien”, y todos empiezan a recordar los infortunios de otras realidades que han salido y no han regresado, o ha regresado con un sabor amargo en la boca o con lágrimas secas en los ojos.
si la realidad persiste y lucha y decide marcharse lo único que sus compañeras le piden es que no regrese, que no vuelva a traer la amargura al pueblo, que el poblado de las realidades ya do por sí es triste. pero la mayoría regresa… y regresa triste porque no logró adaptarse a un mundo más cálido, más alegre; está triste porque conoció la risa, la alegría, se dio cuenta de que los seres más pequeños conocen el amor, y viven creando mundos en sus mentes que luego de un pestañeo son algo concreto.
las realidades cuando quieren hacer un viaje tienen que planearlo todo en secreto, tratando de que nadie las mire… lastimosamente no muchas lo consiguen…