en una mañana, cuando la luz entraba directamente en el bosque donde vivían las ilusiones,
una, la más pequeñita y hermosa de estas, decidió salir de su pequeña casita y caminar por los senderos iluminados por los rayos de sol. caminó hasta que sin darse cuenta salió de la esfera que las protegía. caminó por los bosques espesos que rodeaban su pueblo y se dio cuenta de que aquí vivían animales extraños que surcaban los cielos y otros tan temerosos que al verla, aunque eran más grandes, solo corrían y se perdían entre los árboles.
salió del bosque y se encontró con caminos gigantescos que iban en todas direcciones, parecían haber sido usados muchas veces por seres enormes, todo alrededor de ella era enorme, y sintió, por primera vez en su vida, que era insignificante. caminó por el centro del camino, siempre en la misma dirección. todo parecía que en un momento iba levantarse y salir corriendo y pisarla sin darse cuenta, o tal vez a propósito… ella tenía miedo, ya no era tan hermosa.
1 comentario:
una ilusión es una ilusión, por más insignificante que sea creo que debemos darle ese chance de que camine por nuestros enormes caminos, para ver como le va, al fin y al cabo ese es el juego de la vida, el probar las cosas.
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