viernes, abril 30, 2010

volando

A veces, cuando las ilusiones están juntas en el inmenso páramo, ven que los sueños se elevan por lo alto y quieren alcanzarlos, se cosen alas en la espalda y tratan de elevarse, saltan, corren con todas sus fuerzas y se entregan al viento para que las impulse al cielo… pero no llegan muy lejos, al poco tiempo de planeo caen y se chocan contra el ser… se dan cuenta de que viajan solas, de que nadie las puede acompañar, de que nadie debe acompañarlas, de que para subir al gran monte tienen que estar solas, y la ilusión cae y se deprime y se da cuenta de que sus alas no existen, que nadie las construyó nunca, que todo era fruto de si: una ilusión.

1 comentario:

Pablo Llerena dijo...

Ese...santi... bien, porque muchas veces nos lanzamos a nuestros sueños sin saber que primero hay que tener de donde lanzarse, porque de algún lugar hay que salir, sino ... ¡pas! contra el suelo...
Pero también que los sueños están presentes siempre...